Nicolás Puente Martínez
Nací comenzada ya la madrugada de un 28 de febrero de 1963 en Dehesas, un pueblo de la provincia León, en la región del Bierzo. Acompañado desde mi infancia por la permanente presencia en el horizonte de las Medulas: Montañas heridas y horadadas por los romanos en su afán de llevarse hasta la última pepita de oro.
Mi niñez fue un permanente corretear por los prados verdes, entre los árboles frutales, entre las hortalizas. Recuerdo especialmente el aroma del trigo, la cebada y el centeno... Olores, sabores, sensaciones todas que ha ido formando mi sensibilidad y mantienen viva desde la lejanía la añoranza.
Con cuatro años mi madre me envió con mi abuela. Ella me encomendó al maestro, por amistad, para poder trabajar en el campo y para que jugara con los otros niños. Recuerdo que cada día me enviaba con una bolsita de caramelos para que no molestase. No sé si sería traste o no, pero el maestro, para que no me pegasen los mayores, me envió con su esposa a la escuela de las niñas. Y así, en tiempos de Franco, estudié en medio de muchachas. La maestra me dejó hacer y al acabar el año había hecho primero.
De nuevo mi madre me trajo al pueblo y ahí empezaron mis problemas con la escuela y la zapatilla. El maestro se negó a que con cuatro años hubiera hecho primero y no me lo reconoció. El aburrimiento me impedía aparecer en clase por la tarde y la zapatilla de mi madre me recordaba mis obligaciones.
Con nueve años deje el pueblo y fui estudiando en varias ciudades hasta llegar a Madrid, donde acabe mis estudios.
Recuerdo que en esos años de EGB quedé con mis compañeros campeón de frontón de la provincia de León y más tarde terceros en los campeonatos de la comunidad, en Burgos. De esa época tengo algunos concursos ganados, algunos campeonatos de ajedrez del colegio…
Durante los años de BUP, leía como loco. Llegué a leer todas las obras de teatro de la colección de la BAC entre otras cosas. Algunos exámenes de literatura los preparé leyendo las inmensas y valiosísimas introducciones de Cátedra.
Ya en Madrid, en los tiempos de Tierno Galván, —y como anécdota—, me presenté a un concurso de poesía con un tema religioso y en contra de todos los pronósticos quedé el tercero.
Trabajé como docente en un Colegio durante cinco años y me vine a Alemania para hacer la tesis doctoral (no llegue a terminarla).
Aquí eché raíces y aquí sigo, en el Ministerio de Geología y Minas, frente a un ordenador con el que gano el sustento para mi familia y con el que escribo al dictado de los sueños.
Mi obra se reduce a un libro Cuentos de navidad, escrito junto con Paqui Valenzuela y publicado por Peripecias Libros y, en la misma editorial, un libro de poemas: De amor, desamor y otros demonios. Y ya con Célebre Editorial, La estrella de mis sueños, también junto a Paqui Valenzuela.
Lo que escribo me lo dictan las casualidades cotidianas: Un artículo del periódico, un hecho en la calle que me llama la atención, un sueño… El resto es darle forma, corregir y volver a corregir.
No tengo grandes pretensiones ¡Quizá solo una! Que algo de los que escriba se salve de la papelera.
Los libros que he escrito hasta la actualidad y aquellos en los que he participado
Cuentos encontrados por el camino
Estos cuentos nacieron yendo de camino. Unos aquí, otros allá, pero todos engarzados de alguna manera al trayecto de vida que he recorrido. Algunos me asaltaron cuando oteaba el horizonte desde la ventana. Otros se deslizaron desde el mundo de los sueños. No han faltado, tercas e indecentes ellas, historias que me levantaron sin piedad de la cama a horas imposibles y me obligaron a tomar la pluma.
La estrella de mis sueños
La estrella de mis sueños, es un cuento infantil que narra la ruptura interior de una niña a la que le impiden el contacto con su abuela en el momento en que decide separarse del abuelo.
La niña, va contando sus recuerdos a una muñeca, Blanquita, y sin que se note, le va lanzando mensajes a los mayores (por supuesto ella no los entiende).
De amor, desamor y otros demonios
De amor, desamor y otros demonios, es el primer poemario de Nicolás Puente. El autor nos desgrana la relación que mantiene con las personas que transitan por su vida. En cada una de sus cuatro partes nos permite entrar, —desde diferente perspectiva—, en su intimidad y descubrir los detalles de lo cotidiano.
Cuentos de Navidad
Además de una fecha singular históricamente, la navidad es un motivo literario recurrente. Precisamente por la cantidad de textos narrativos disponibles. Paquí Valenzuela y Nicolás Puente han conseguido en estos siete cuentos huir de los recursos facilones. Cuentos hermosos, bien pensados y bien escritos. Se trata de un libro para adultos y para adolescentes y jóvenes.